¡Ganancias para los empleadores, perdidas para los trabajadores!
César A. Luque F.
27/06/10
El modelo neoliberal de producción parece haber acuñado el principio de que cuando a los empresarios les va bien, mucho mejor para ellos, pero cuando dejan de ganar lo que presuponen, no es que pierdan, son los trabajadores los que deben de pagar. ¿Pagar cómo? Renunciando a los derechos que han ganado, fruto de largas luchas, muchas veces luchas que han hecho otros que antes pasaron por su puesto de trabajo, por la creación de sindicatos, por la ida a huelgas, sufriendo persecución moral y física y hasta señalamientos de los quienes los debían respaldar.
Ese es el panorama al que hoy se enfrenan los trabajadores del mundo, no sólo los colombianos. En España fue aprobada una reforma laboral, que como las de aquí, se dice es para crear empleo, pero que realmente es, como lo hemos podido comprobar en carne propia, una forma de quitarles a los trabajadores los derechos alcanzados. El gobierno de Rodríguez Zapatero empezó por rebajar el salario de los empleados públicos en un 5% mensual, pero la reforma va más allá. Se rebajan las indemnizaciones para el despido injustificado, empezando en 33 días por año, pero proyectando a que llegue a 12 días en el 2015, para que así a los empresarios les salga más barato poder despedir a un trabajador. Además, como si fuera poco, a partir del 2011 las pensiones serán congeladas.
Contra esa reforma se han levantado sobre todo los pequeños partidos políticos que están del lado de los trabajadores y por supuesto, las organizaciones sindicales, que además alertan sobre formas de flexibilización incorporadas a la reforma, donde el contrato definido ordinario, como ellos llaman al contrato indefinido nuestro, está llamado a desaparecer. Contra esa reforma ha dicho el portavoz de Izquierda Unida (IU), Gaspar Llamazares que la reforma es cobarde, que es fuerte contra los débiles (trabajadores) y débil con la patronal (empleadores). O como dice él, usa «guante de seda» con la derecha y los empresarios y «puño de boxeo» con la clase obrera.
La reforma ha sido alabada y respaldada por la primera ministra de Alemania, Angela Merkel, así como por el presidente francés, Nicolás Sarkozy, y por supuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI), demostrando así que el gobierno del PSOE (Partido Socialista Obrero Español) representado por Rodríguez Zapatero está del lado de los poderosos, no de los obreros como dice su sigla. No olvidemos que en nuestro país ese gobierno impulsa los negocios de las grandes multinacionales españolas que han venido a tomarse sectores estratégicos de la economía nacional como el financiero (Banco Santander, BBVA); el energético (Endesa dueña de Codensa y Emgesa, Gas Natural, Unión Fenosa, Repsol, Cepsa); las comunicaciones y medios de comunicación (Telefónica, Planeta, Prisa); la construcción (Ferrovial, ACS); agua (Aguas Barcelona, Canal Isabel II); la medicina (Sanitas); el transporte de valores (Prosegur); los seguros (Mapfre) entre otros, dándose en la práctica una reconquista, ya no por la fuerza como en 1816, liderada por el matarife, Pablo Morillo con Pascual Enrile y Juan Sámano, sino por los euros.
Contra esa reforma y la rebaja en los salarios de los empleados públicos es que las dos principales organizaciones sindicales, Comisiones Obreras (CC.OO.) y la Unión General de Trabajadores (UGT), se han levantado, convocando a los trabajadores a huelga nacional el próximo 29 de septiembre. Acusan las medidas de regresivas y altamente inconvenientes para los trabajadores. Igual que pasa en un país, que no quisiera decir, ya que allí los afectados aguantas con estoicismo, pero salvo contadas excepciones no protestan por lo que pasa. Como actos preparatorios para la gran huelga, las CC.OO. y la UGT realizaran concentraciones y manifestaciones el 30 de junio en todas las comunidades autónomas que integran España y un acto sindical masivo en Madrid el 9 de septiembre, cuando España sufre la mayor tasa de desempleo de toda Europa.
La lucha de los trabajadores españoles no nos es ajena, debe ser espejo y experiencia para lo que ocurre a los trabajadores, pensionados, subempleados y desempleados de Colombia. Para la muestra varios botones. La multinacional Gerdau, dueña de Diaco S.A. somete a sus trabajadores a persecución cuando quiere cerrar la planta de Duitama, para dejar a 43 desempleados más, después de haber “arreglado” con más de 200 de ellos unos meses antes de que se organizara el sindicato, que a defendido los actuales puestos de trabajo. Esta misma multinacional “arregló” a más de 300 trabajadores en Sidelpa (Siderúrgica del Pacífico) cerrando la planta en Yumbo (Valle del Cauca), cierre que fue declarado ilegal por el Ministerio de Protección. Allí de manera valiente, y poniéndole valor al trabajo, sobre el tema económico, dos trabajadores, Edward Portilla y Álvaro Vega resisten los embates de la multinacional brasilera, siendo verdadero ejemplo para la clase trabajadora, a veces tan opacada. En la empresa tornillos Gutemberto S.A. se presiona a los trabajadores para que renuncien a los pocos derechos que han cosechado en la convención colectiva vigente. La empresa intenta poner en contra del sindicato a los trabajadores no sindicalizados. Ejemplos como estos muestran lo que vive la clase trabajadora, demostrando la vigencia del lema “proletarios del mundo, uníos”.
Nota: Extraño, por decirlo menos, que los medios de comunicación no hayan hecho eco a la decisión del Procurador General de la Nación de archivar la investigación disciplinaria contra el senador, Jorge Enrique Robledo del Polo Democrático Alternativo. Entre otras cosas en un proceso que nunca se debió iniciar y por lo que deberá responder el Procurador ante la Corte Suprema de Justicia en lo disciplinario y ante la Fiscalía General de la Nación en lo penal.
*Soy abogado de Sintrametal Duitama contra Diaco S.A. y he asesorado a Sintraindumecol en el caso Gutemberto S.A.