El 11 de julio conoceremos el nuevo campeón, pero no la realidad de Sudáfrica
César A. Luque F. 20/06/10
Sudáfrica es el país más nombrado actualmente en el mundo, pronunciado al lado de Messi, Cristiano Ronaldo, Maicon, Kaka, Eto´o, o Casillas, mientras la multinacional, FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado), que reúne 208 federaciones de todo el mundo, más afiliados que la ONU, cobra todos los días. Gana y gana, mientras los vigilantes, los empleados de logística y los conductores de los buses hacen paros escalonados porque no les pagan. Para el mundo lo importante es que ruede el balón (Jabulani, balón Adidas, que en zulú significa “celebrar”) y gane nuestra selección favorita.
En la pantalla chica nos muestran diariamente la marca de los socios de la FIFA, Adidas, Coca Cola, Fly Emirates, Hyundai, Sony, Visa; los promotores Ultinate, FNB, neoafrica, Prasa, aggreko, Telkom y los patrocinadores Castrol, Budweiser, Continental, McDonald´s, MTN, Mahindra Satyam, Seara y Yingli Solar, más las marcas de ropa deportiva nike, adidas, puma y umbro pagan millones para que los equipos lleven sus productos. Suman y suman. Todos ganan, mientras los anfitriones padecen una verdadera crisis humanitaria.
Sudáfrica tiene una superficie de 1.219.080 km², donde viven 49.320.000 habitantes. 79.5% descendientes negros, 9.2% blancos originarios de Europa, 8.8% mestizos descendientes de los bóers (colonos holandeses, franceses y alemanes) y esclavos de origen malayo o africano, y 2.5% asiáticos. El Rand es la moneda oficial. Tiene tres capitales, Pretoria la administrativa, Ciudad del Cabo, la legislativa y Bloemfontein es la judicial. El país está rodeado de los océanos Atlántico e Índico, y tiene en su interior un país independiente, Lesoto, contando con una flora que cuenta con unas 20.000 plantas diferentes, que representan el 10% de todas las especies del mundo.
La mayoría de la población profesa el cristianismo reformado, pero también se practican el islam, el mormonismo y el hinduismo. Los idiomas oficiales son el afrikáans proveniente del holandés, inglés, ndebele, sesotho, setsuana, suazi, tsonga, venda, xhosa y zulú. Los deportes más practicados son el rugby (dos veces campeones mundiales 1995 y 2007) por los blancos afrikáner, mientras los blancos angloparlantes practican el críquet, a la vez que los negros son más aficionados al fútbol. El día del deporte nacional es el 19 de diciembre.
De su historia se conoce que a la llegada de los portugueses, liderados por Bartolomé Díaz en 1487 existían dos pueblos, los xhosa y los zulú. El primer sitio fundado fue Cabo de las Tormentas nombre cambiado por el monarca lusitano, Juan II por Cabo de la Buena Esperanza. El 6 de abril de 1652 se estableció la Compañía Holandesa de las Indias Orientales, en lo que hoy es Ciudad del Cabo. En 1806 se convirtió en colonia británica después que los británicos derrotaran a los bóers, cuando ya llevaban esclavos de Indonesia, Madagascar e India para remplazar la escasa mano de obra. En 1867 fueron descubiertos yacimientos de diamantes y en 1886 oro, los que se explotan aún.
En 1910 la corona británica le dio una especie de autonomía. En 1948 el Partido Nacional llegó al poder, implantando un sistema segregacionista y racista, conocido como el apartheid, que significa separación. La raza blanca relegó a la mayoría negra. Los blancos tenían derecho al voto, a viajar libres, a ganar más que los negros, a vivir en mejores casas que las de los negros, los que solo podían estudiar en escuelas de baja calidad. Contra esa realidad se levantó Nelson Mandela y su partido político, el Congreso Nacional Africano, levantamiento que le costó 27 años de prisión, muchos de ellos sometido a trabajos forzosos. Muestra de la discriminación era un aviso que había en Durban que decía: “Según la ordenanza 37 del código de leyes de Durban, esta playa es para uso exclusivo de gente de raza blanca”.
En 1960 por un referendo, los blancos decidieron separarse de Inglaterra, permaneciendo como miembro de la Commonwealth, de la que se retiró el 31 de mayo de 1961, declarándose República de Sudáfrica. El apartheid fue duramente criticado interna y externamente. En lo interno el CNA lideró la oposición, siendo asesinados y encarcelados muchos de sus lideres, mientras en el mundo el país fue aislado, comercial y diplomáticamente. No se le permitió participar en los Juegos Olímpicos y los Mundiales de fútbol y rugby.
Por un golpe de Estado en 1989 fue derrocado Pieter Botha por Frederik De Klerk, quien acabó con el apartheid. El CNA fue legalizado, siendo liberado Mandela. Por un referendo en 1993 se le dio el voto a los negros. En 1994 Mandela ganó las elecciones. En 1995 fue creada la Comisión de la Verdad y de la Reconciliación presidida por el arzobispo del Cabo, Desmond Tutu, para evaluar la entrega de amnistías a quienes habían cometido delitos atroces en el apartheid, como forma de reconciliación nacional. El cambio ha hecho que un millón de blancos se hayan ido del país. El 30 de noviembre de 2006 fue aprobado el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Hoy el país sufre una crisis humanitaria. Hay 50.000 homicidios anuales. El desempleo llega al 27%, aunque otros dicen que es 41%. Hoy el 40% de la población recibe el 6% del ingreso nacional, mientras el 10% recibe más del 50%. El 12% de la población tiene alguna discapacidad. Paradójicamente es la primera economía de África. Produce el 25% del PIB del continente y la bolsa de valores de Johannesburgo es más importante. Ha logrado desarrollar armas nucleares, programa al que renunció en 1991. Hoy pretende adelantar una reforma agraria, ya que la mayoría de la tierra la tienen los blancos.
En materia de salud cuenta con cinco millones de portadores del VIH, habiendo actualmente 1.200.000 huérfanos por esa enfermedad. Una cuarta parte de la población vive con menos de 1.25 dólares al día. Unos 30.000 niños son explotados sexualmente, eso no ha impedido que existan muchos importantes personajes del mundo nacidos allí. Además de Mandela y Tutu, premios Nobel de Paz, Shaka Zulu el soberano zulú, J.R.R. Tolkien escritor, autor del Señor de los Anillos, Christian Barnard, médico que realizó el primer transplante de corazón en el mundo, Albert John Lutuli, Frederik De Klerk Premio Nobel de la Paz, J.M. Coetzee y Nadine Gordimer, premio Nobel de Literatura, Jody Scheckter campeón mundial de Fórmula 1 en 1979, Charlize Theron actriz ganadora del Oscar, y Max Theiler premio Nobel de Medicina.
Algunas cifras del mundial muestran otra injusticia, el país invirtió pero será la FIFA la que gane. El país invirtió 4.300 millones de dólares, para rutas, un nuevo tren, renovar algunos aeropuertos, construir cinco estadios, modernizar los sistemas de comunicaciones, reclutar, formar y equipar a 44.000 agentes de policía, mientras las ciudades invirtieron 1.147 millones de dólares, para que los visitantes que habrían de llegar pudieran gastar 1.122 millones de euros. Solo llegaron 300.000 de 450.000 que se pretendía llegaran. La FIFA invirtió 1.020 millones de dólares en logística, esperando ganar 3.200 millones de dólares, 2.000 por los derechos de televisión y 1.200 millones por publicidad y otros derechos. Como contraprestación se crearon 700.000 empleos, y se espera que la economía crezca medio punto por el mundial. Se pusieron a la venta 2.95 millones de entradas a los partidos, quedaron sin vender 650.000.
Una niña blanca decía estos días: «No es fácil simplemente cerrar los ojos cuando la realidad de la pobreza está en todas partes. En Sudáfrica es común ver a una madre y a su hijo mendigando al lado de un BMW en un semáforo«.
Quizá el ensordecedor ruido de las vuvuzelas oculta la crisis humana que viven los sudafricanos, anfitriones del negocio FIFA y la alegría del mundo del fútbol.