INCOHERENCIA, MARCA REGISTRADA

La clase política tradicional, ni tiene clase ni hace política

César A. Luque F.

10/08/09

Parece que la incoherencia es una marca registrada de la clase política tradicional, esa que ha gobernado nuestro país desde 1810, tanto en el ámbito nacional, como en el regional y el local, ya que poca coherencia existe entre lo que piensan, lo que dicen y lo que hacen. Algunos dicen una cosa y hacen otra, otros no dicen lo que piensan, pero lo que hacen la mayoría es saltar de un lado a otro para mantenerse, sin importar que intereses defienden un día, aunque al día siguiente defiendan los intereses contrarios, diciendo que no han cambiado de parecer. En general la clase política tradicional, esa que ha vivido de la desgracia del país, esa que es una verdadera desgracia para nuestra golpeada nación, o mejor aún, una plaga para Colombia, ha usado la incoherencia como la forma de supervivir, la que sin embargo, el pueblo no le ha cobrado nunca, ya que a la hora de votar la siguen apoyando, a pesar de su propio dolor. Es bien paradójico ver a personas que no tienen segura la siguiente comida apoyando de manera vehemente al actual régimen, que apoya a los poderosos al dar exenciones tributarias, y toda clase de salvaguardas a su favor, mientras a la clase pobre colombiana la llena de impuestos, que van desde el Iva hasta el 4 por mil.

No es sino ver algunos ejemplos para probar que la incoherencia es una marca registrada de nuestros políticos tradicionales. Una adelantada muestra es el caso de Noemí Sanín Posada, ahora candidata a la presidencia, empezó su vida pública en la gobierno del conservador Belisario Betancur, como ministra de comunicaciones, luego fue canciller del gobierno de Gaviria Trujillo, tanto que fue la encargada de lograr que lo eligieran Secretario General de la OEA, ingresó al gobierno del también liberal Ernesto Samper, yéndose de embajadora a Londres, donde renunció tan pronto se dio el escándalo del proceso 8.000, llegando luego al gobierno de Uribe Vélez a quien en el 2002 había tratado de paramilitar, para luego impulsar su reelección. Como candidata presidencial estuvo acompañada de Mockus y Carlos Lleras de la Fuente, extremos políticos. ¿No es ella una muestra de incoherencia y camaleonismo político? Claro su actual jefe político también es una prueba.

Álvaro Uribe Vélez inició también su carrera en el gobierno de Belisario, donde fue alcalde de Medellín, en la época de Medellín sin tugurios el programa de vivienda de Pablo Escobar, a quien por informes de prensa favoreció siendo director de la Aerocivil, al darle licencias a varios de sus aviones. Fue senador del Partido Liberal, donde impulsó la ley 50, reforma laboral en 1990 y la ley 100 de 1993 que postró la salud pública. Se convirtió luego en presidente a nombre de un movimiento llamado Primero Colombia, respaldado por los partidos Conservador, Cambio Radical, La U, Convergencia Ciudadana, Colombia Democrática, Colombia Viva, todos con miembros presos por concierto para delinquir por nexos con grupos paramilitares. Ese gobernante que dice apoyar a los trabajadores, les quitó algunos otros derechos por medio de la ley 789 de 2002, como hacer anochecer no a las 6:00 p.m., sino a las 10:00 p.m., para favorecer a los dueños de empresas de vigilancia y las grandes cadenas de supermercados. No es como dicen sus áulicos que es frentero, ya que no hay nadie más vivo para no responder lo que le incomoda.

Pero ellos no son únicos, ya que los acompañan personajes como Rafael Pardo Rueda, antes liberal, después, en el 2002, uribista por intermedio del Nuevo Partido, ferviente impulsor de la reelección en el Congreso donde su voto en la Comisión Primera del Senado sirvió para aprobar ese esperpento que ahora critica como precandidato presidencial liberal, donde se disputa la candidatura con Héctor Eli Rojas, un politiquero tradicional que en el 2002 también apoyó a Uribe, pero que atacado en su ego en su actividad clientelista dejó las toldas uribistas para convertirse en opositor, u otro precandidato Alfonso López Caballero, antes embajador del gobierno uribistas en Londres, ahora parte del partido del trapo rojo que dice estar en la oposición, claro que a veces. Pero la lista sigue, Rodrigo Rivera precandidato presidencial liberal en el 2006 contra Uribe, hoy uno de sus principales alfiles. Martha Lucia Ramírez, antes uribista acérrima, después en los quíntuples, en compañía de Luis Eduardo Garzón, un izquierdista hoy vergonzante, que de ser presidente de la CUT pasó a asociarse con unas de las principales figuras de la derecha colombiana, como Antanas Mockus y Enrique Peñalosa, y obviamente Ramírez que fue hasta ministra de Defensa, bajo cuya labor se adelantaron los famosos operativos militares llamados de “pescas milagrosas” por las que eran detenidas poblaciones enteras acusadas de ser de la guerrilla. Que rápido se olvido Lucho de quien es, su por un pequeño tiempo compañera política.

Javier Cáceres actual presidente del Congreso, fue hasta miembro del Polo Democrático y ahora es de Cambio Radical, y luego de denunciar hechos de corrupción, apoyar a los hijos del Ejecutivo le valió llegar a la presidencia del Senado. Otro es el director de Dansocial, Rosemberg Pabón antes Comandante Uno, en el M-19, comandante de la toma de la embajada de República Dominicana, después de desmovilizarse acompañante de Antonio Navarro, para después estar en una lista al senado con el hoy detenido por paramilitarismo, general Rito Alejo del Rio, junto a Luis Alberto Gil Castillo en Convergencia Ciudadana, para terminar abdicando definitivamente al aceptar un cargo en el presente gobierno, como lo hizo su compañero de guerrilla, Hebert Bustamante en Coldeportes, o como lo hizo el dirigente sindical Angelino Garzón que ahora representa en la OIT al gobierno, donde sustenta las tesis contrarias a los derechos de los trabajadores, los que representaba.        

La lista es interminable, incluye dirigentes tipo concejales, diputados, representantes y senadores, además de candidatos presidenciales, lo que debería motivar a los votantes a interrogarse sobre cual ha sido el pasado político de su candidato y los intereses que ha apoyado, en general su ideología, para votar por él, viendo que defiende ahora. La culpa del camaleonismo político también es responsabilidad de muchos votantes que lo repudian, pero tampoco son coherentes a la hora de votar. O no.    

NOTA: Hasta donde llegó el DAS persiguiendo personas honestas y trabajadoras, cuando llegó a seguir y además desprestigiar una profesora del Colegio Marymount por recomendar a sus alumnos leer a Fabio Zambrano reconocido historiador, Alfredo Molano, periodista y sociólogo, una de los colombianos que más conoce el país y Gloria Gaitán, hija del asesinado líder popular. ¿Esa es la inteligencia del DAS?, más parece brutalidad.  

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