El Gobierno no escatima esfuerzo para mostrar su servilismo para con el gobierno del Imperio norteamericano. Ni la vida de los colombianos lo detiene.
César A. Luque F.
12/12/09
Sin importar los esfuerzos del Gobierno Nacional de Álvaro Uribe Vélez, que lo ha llevado a mentir, calumniar, ocultar la violación rampante en nuestro país de los DD.HH., negar que asesinan sindicalistas, o lo que es peor, que esas muertes violentas tienen como causa deudas, conflictos familiares, u otras causas, no ha logrado que el Congreso de los EE.UU. apruebe el TLC firmado con ese gobierno y aprobado por una ley tramitada en el Congreso, donde afloraron las mayorías uribistas, aumentadas por el voto de gran mayoría de los congresistas liberales, esos que un día son oposición, pero al día siguiente defienden los planes del gobierno.
No es sino ver las cifras del 2008 en materia de muerte de sindicalista. En Colombia fueron asesinados 49 sindicalistas, de los 79 asesinados en todo el mundo. Los miembros del Partido Demócrata no han querido votar el TLC, aduciendo entre muchas causas, las muertes de los sindicalistas, para defender puestos de trabajo en EE.UU., ya que de aprobarlo, muchas empresas de ese país se vendrán al nuestro a usar la mano de obra barata que hoy tenemos, a consecuencia de la flexibilización laboral, representada por las Cooperativas de Trabajo Asociado. Allá los sindicatos apoyan de manera importante, tanto financiera, como electoralmente al Partido Demócrata, por lo que ese partido representa los intereses de los trabajadores.
En EE.UU. los partidos políticos representan los intereses de ciertos sectores de la sociedad, intereses que no defraudan. En cambio en Colombia, los trabajadores de manera desorientada votan por partidos como Cambio Radical, el Liberal, el Conservador, Convergencia Ciudadana, hoy PIN, Colombia Viva, Colombia Democrática, hoy ADN, Alas Equipo Colombia, Partido de la U y Mira, los que elegidos sus miembros al Congreso allí se dedican a aprobar leyes contra los intereses de los trabajadores. En eso se conjugan dos hechos, que esos partidos políticos defienden son los intereses de las clases dominantes, terratenientes, grandes comerciantes, industriales, cuando no, paramilitares y narcotraficantes, pero necesitan el voto de los pobres, entre ellos los trabajadores, sólo los necesita para eso, para salir elegidos, en EE.UU. la situación es otra. Allí votan los trabajadores por el partido que representa sus intereses, y los representa, ya que no hacerlo le significaría perder su apoyo económico y electoral.
Pero como el gobierno no ha podido que le aprueben el TLC en el Congreso de los EE.UU., sin importar los malabares que ha hecho, ahora se ha dedicado en forma servil a apoyar los mayores exabruptos de ese gobierno, que ya deja ver su verdadera catadura. Es que muchos pensaron de manera ilusa que la llegada al gobierno de Barak Obama iba a cambiar el actuar de ese país a nivel internacional, pero estaban equivocados, por qué olvidaron que ese país es un Imperio y los imperios tienden a expandirse volando cualquier límite, sin miramientos, tal como lo hace EE.UU., pero antes los hizo Roma, los Otomanos y otros imperios. En eso la humanidad no ha cambiado.
El servilismo de nuestro gobierno ahora ha llegado a la exportación de colombianos para satisfacer los apetitos gringos. Ha extraditado más de 770 colombianos, para que paguen algunos, los inocentes, largas condenas, mientras los mayores criminales puedan negociar su pena con dinero para el gobierno de ese país y no del nuestro para reparar a las víctimas. Pero no contento con eso ahora está enviando policías y abra de enviar militares para que apoyen, aún a costa de su vida, los intereses gringos.
A Haití, el país más pobre de América, han enviado 37 policías colombianos, para que ayuden a mantener la pobreza en ese país, país donde se gestó parte de nuestra independencia, no olvidemos que fue allí donde se refugió Simón Bolívar luego de las primeras derrotas, para regresar a liberar nuestro país.
Pero como si lo anterior no fuera suficiente, ahora han anunciado que enviaran a 100 soldados colombianos, para que luchen en la invasión que hicieron los gringos a Afganistán. Allí muchos de nuestros jóvenes darán su vida para defender al gobierno de un presidente ilegitimo, reelegido a través de un fraude, tal como la ONU lo aceptó. Morirán defendiendo a un presidente que es narcotraficante, como lo es Hamid Karzai, aunque aquí nos echaran el cuento que van a hacer programas de asesoría y de erradicación de cultivos ilícitos.
Ahora los gringos atacan un país que apoyaron para que no se dejaran someter por la Unión Soviética, allí dieron apoyo a los talibanes, a los que después ayudaron a derrocar, pero ahora quieren no solamente someter a Afganistán, sino a Irak, para quedarse con su petróleo, aduciendo estupideces, como que tenían armas de destrucción masiva, y ahora ha salido una de las pruebas para demostrar ese hecho. La versión de un taxista que oyó a dos pasajeros que decían que existían ese tipo de armas. Las que nunca encontraron pero sirvió de excusa para la invasión.
Otro hecho relacionado fue el discurso de Barak Obama recibiendo el Premio Nobel de la Paz, donde sostuvo que a veces son necesarias las guerras justas, cambiando el nombre que les había dado su antecesor, George Bush que las llamaba guerras preventivas. Es una muestra de cinismo, recibir el premio Nobel de la Paz, alabando la guerra. Pero eso mismo ocurrió en 1906 cuando ese premio se lo dieron a otro presidente gringo, Theodore Roosevelt el que nos quitó Panamá en 1903, quien decía que la guerra hacía hombres a los hombres, mientras la paz los hacía maricones. La historia se repite.
Nota: Grave la historia que contó por estos días Carlos Lozano respecto del vicepresidente Francisco Santos, que en 1999 el entonces columnista de El Tiempo abandonó el país, dizque amenazado por las FARC y que luego los directivos del Partido Comunista conocieron de una fuente de inteligencia militar, que la familia Santos Calderón estaba solicitándole a Carlos Castaño secuestrar al propio Lozano para presionar a las FARC a fin de que suspendiera la orden de atentar contra el hoy vicepresidente. Esa versión se la contaron Lozano y Álvaro Vásquez del Real a Enrique y Rafael Santos Calderón, codirectores de El Tiempo, quienes obviamente la negaron, aceptando que otro Santos, Guillermo se había reunido con Castaño. Y el Vice se queja que lo esté investigando la Fiscalía por su cercanía con los paramilitares, tanto que Mancuso lo acusó de haber participado en la creación del Bloque Capital.