EL OBRERO METALÚRGICO QUE GUIÓ EL CAMBIÓ EN BRASIL

“Mientras haya un hermano brasileño o una hermana brasileña pasando hambre, tenemos motivo de sobra para cubrirnos de vergüenza” Lula.

César A. Luque F.

10/01/11

El 1º de enero se posesionó Dilma Rousseff, la primera mujer en llegar a la presidencia del Brasil, ex guerrillera marxista, comprometida con el proyecto político de Luiz Inacio Da Silva, más conocido como Lula, su antecesor, obrero metalúrgico que sin preparación académica llegó al poder en el 2002, eso sí, armado de capacidad para dirigir los destinos del país, nuestro vecino, pero del que poco sabemos, más allá de su fútbol. País al que le debemos poner cuidado, ya que hoy es un ejemplo, entre otras cosas para la clase trabajadora.

Lula más que un hombre, nacido en la pobreza en 1945, y desde 1966 un trabajador metalúrgico, representa a la clase trabajadora, a los desvalidos, a los que se acostaban con hambre antes de su gobierno, los que por millones no tenían trabajo, los que creen que un modelo económico diferente si puede rescatar a millones de la pobreza. En un país de 8.5 millones de Km2, con 191 millones de habitantes, un obrero lideró un proyecto colectivo, no individual, que puso a su país como la octava economía del mundo.

Apenas Lula empezó a trabajar dejó ver calidades de líder, ascendiendo en el sindicato desde 1967, el Sindicato de los Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo e Diadema, cuando trabajaba en Industrias Villares. Fue directivo suplente en 1969, parte del Comité Ejecutivo en 1972, y presidente en 1975. En 1978 lideró grandes movilizaciones contra la dictadura implantada en 1964, cuando militares apoyados por EE.UU. derrocaran al izquierdista João Goulart, como pasó en Chile en 1973, donde derrocaron a Salvador Allende y Argentina en 1976, donde cayó María Estela Martínez de Perón.

El 13 de marzo de 1979 tiene especial significación para él, ya que logró hacer una asamblea sindical metalúrgica de 80 mil trabajadores en el estadio Euclides de Sao Bernardo do Campo. Asamblea sindical hoy ejemplo, cuando mucho dirigente sindical le da miedo convocar a sus afiliados, adoptando la forma de delegación, para evadir, pero a la vez perder, la posibilidad de movilizar a los trabajadores, para que sientan en carne propia el problema y la solución, lo que genera una unidad indisoluble.

Después lideró un paro de más de 170 mil trabajadores, declarado ilegal por la dictadura, siendo atacados por la policía, cuando ya conjugaba trabajo sindical con político, siendo conciente que sólo a través de la política se puede cambiar a una sociedad, donde el trabajador no puede quedarse en la crítica, sino que debe avanzar en la construcción de la solución de los problemas sociales. Esa huelga duró 41 días en la que Lula tuvo que padecer cárcel, donde estaba cuando falleció su forjadora, su mamá. 

En julio de 1978 Lula y sus compañeros anunciaron que se debía crear un partido que representará los intereses de las clases populares, en un sistema caracterizado por las desigualdades y la injusticia. Así, el 10 de febrero de 1980 sindicalistas, activistas sociales, algunos políticos e intelectuales de izquierda fundaron en el Colegio Sion de Sao Paulo, el Partido de los Trabajadores (PT), iniciando la campaña para que los brasileños se unieran al nuevo partido, contrarrestando lo que ocurre muy a menudo, que los pobres le crean más a sus enemigos, que a quienes representan sus intereses. Lula decía que un Congreso integrado por quienes representan intereses contrarios a los de los más desvalidos, nunca hará leyes que permitan el desarrollo.

En 1982 el PT lo lanzó como candidato a gobernador de Sao Paulo, elección donde sin dinero, pero con fervor, logró 1´200.000 votos, aunque perdió, aplicando el aforismo de que trabajador, debe por votar por un trabajador. En 1986 fue elegido miembro de la Asamblea Nacional Constituyente con 652.000 votos, siendo el más votado de todos, donde trabajó de manera denodada por los intereses de los trabajadores.

Antes fue uno de los fundadores de la Central Única de Trabajadores  (CUT) en 1983, dos años antes que se volviera a elegir un presidente, siendo elegido Tancredo Neves, que murió antes de posesionarse, correspondiendo a José Sarney asumir el poder. En 1989 Lula fue candidato presidencial, perdiendo con Fernando Color de Mello, quien años después renunció por escándalos de corrupción. En 1994 se enfrentó a Fernando Henrique Cardoso, volviendo a perder, así como en 1998, para convertirse en presidente en el 2002, luego que el PT había ido adquiriendo poder local, en municipios, ciudades y estados, demostrando que la forma de llegar al poder es iniciando por la base.

Su gobierno, al asumir riesgos no estuvo exento de criticas, incluso se vio envuelto en escándalos de corrupción, los que superó, tomando medidas de orden social como la de comprar medicamentos para combatir el sida desde la China y la India, ahorrando el valor de las patentes de las farmacéuticas gringas y europeas. Atacó y logro que se quedara sin apoyo el ALCA, promocionando el MERCOSUR para enfrentar los intereses de EE.UU.

Creó un mercado interno a partir del que llamó círculo virtuoso, consistente en fomentar el consumo a partir de incrementar los ingresos de los trabajadores a quienes les alzó el salario en sus gobiernos un 200%, para que tuvieran con que comprar bienes y servicios, lo que impulsó el crecimiento industrial, el que a la vez genera más empleo. Así creó 15.069.090 de nuevos empleos. En sus gobiernos el Brasil dejó de importar alimentos, para ahora exportarlos, mientras en los mismos ocho años en Colombia, pasamos de importar 4.5 millones de toneladas de alimentos a importar en el 2010, 9.5 millones. ¡Qué diferencia!

Un embolador, vendedor de frutas, estibador, peón, tintorero y tornero, demostró que se puede transformar la realidad, si se toma la decisión, se asume el riesgo y se crea un proyecto colectivo. Todavía Brasil posee muchas carencias, pero está en el camino para eliminar tanta pobreza. Aquí ni siquiera hemos iniciado el proceso, aquí seguimos generando más pobreza. Lula tuvo mucha paciencia y resistencia, la que nos falta a muchos. Todavía es tiempo.

cesarluque@yahoo.com

Nota: En Colombia sigue habiendo víctimas de primera y de segunda, o sino vean el caso de los jóvenes asesinados en Córdoba y los de Fontibón.

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