Ahora que tanto necesitamos temple y claridad mental, nos hará falta
César A. Luque F.
30/01/11
A veces somos tacaños al reconocer las calidades de los demás, por lo general es más fácil ver sus defectos. No es mi caso respecto de Raúl Arroyave, a quien tuve la oportunidad de conocer no hace muchos años, pero fue el tiempo suficiente para descubrir en él calidades, y hasta defectos bien usados, como la terquedad en la defensa de sus ideas y sus posiciones políticas, siempre dispuesto, como buen maestro, de esos que quedan pocos, a enseñar, a explicar, eso sí dejando ver de manera clara, como debe ser, lo que pensaba, sin adornos. Puedo decir que con su actuar, vi con más claridad, la importancia de escribir, como una forma de dejar sentadas nuestras posiciones, en un país donde hablamos mucho, pero escribimos poco, por eso muchas cosas se dicen y luego se incumplen.
Raúl definitivamente era un comprometido y laborioso dirigente sindical y político, que siempre dejó ver lo que pensaba, representando con lujo de detalles a su sindicato, Fecode, el Moir y el Polo Democrático Alternativo, buscando la unidad, aún desde la minoría, lo que no lo amilanaba, marcando un derrotero claro de lo que debía ser la tarea de un dirigente sindical y político. De su destacada labor dan fe miles y miles de maestros y trabajadores, que lo vieron surgir desde su Carolina del Príncipe donde nació en 1953 pasando por el departamento del Cesar, donde además de liderar el sindicato de maestros llegó a ocupar una curul en su Asamblea.
A nivel nacional llegó al Comité Ejecutivo de la Fecode, y a partir del 2008 el Comité Ejecutivo de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), donde ocupó el cargo de Director de las Relaciones Internacionales. Siempre enarboló las banderas del Moir, estudió como pocos, dejó escrito su pensamiento, que ahora es su legado, desnudando continuamente el verdadero talante de estos gobiernos neoliberales que padecemos, defendiendo la soberanía nacional, contra el imperialismo estadounidense. Por eso se opuso de manera consistente al TLC con EE.UU., pero también al de Europa, por ser instrumentos imperialistas a través de los cuales nos quieren sumir en una mayor miseria, sin esperanza de alcanzar un nivel de vida digna en un país que lo tiene todo para salir adelante, solo que tenemos una clase dirigente, que ni tiene clase, pero menos, dirige, esa clase contra la que luchó toda la vida Raúl.
Agudo en su análisis, organizaba, lideraba, enseñaba siempre, echando mano de la historia nacional y universal, para usarla, como debe ser, como instrumento de transformación del presente, y no como un mero cúmulo de hechos o fechas. Veía la cultura como otro campo de lucha, desde el cual se podían abrir los ojos a quienes viven con ellos tapados, permitiendo la miseria nacional. Defendió la educación pública de calidad, denunció a los Ministros de Educación por desarrollar políticas tendientes a debilitarla, así como defendió el mercado interno, y se opuso a las Bases Militares gringas en Colombia.
En suma nos dejo un gran legado de lucha. Fue coherente y trabajó constantemente, en un mundo donde muchos dirigentes son acomodados, cambian de un bando al otro, sin siquiera sonrojarse, a esos dirigentes Raúl los repudiaba, y los confrontaba de manera constante. Recuerdo un domingo cuando oía radio, tenía sintonizada Todelar (930 am) pasadas las nueve de la mañana, donde entrevistaban a Julio Roberto Gómez secretario de la CGT, que se extendía en elogios para con el gobierno de Santos. Terminado el programa siguió Tribuna Magisterial, colectivo del que era uno de sus dirigentes, y fue cuando Raúl de manera seria, reposada, además de contundente, develó las mentiras de ese dirigente que se encuentra desde hace ya varios meses allanando el terreno donde de habrá de aterrizar como Ministro de Trabajo cuando creen el ministerio. Ese era Raúl, no dejaba pasar nada que considerara nocivo a los trabajadores colombianos.
Raúl nos hará mucha falta, lo que nos obliga a trabajar más en busca del país que él, como muchos soñamos, sin desigualdades, y sin que lo mal dirijan, quienes hoy desde la manguala de la unidad nacional dicen enarbolar los intereses de todos los colombianos, cuando solamente representan los intereses mezquinos de sus cómplices. Ese es el compromiso con la memoria de Raúl, no puede ser menor.
Su último artículo lo tituló “Las astucias del santismo. Formalizar empresas no es formalizar empleo”, donde denunciaba la siniestra dupla Santos – Angelino, que echan un discurso dizque a favor de los trabajadores, cuando apoyan la mal llamada inversión extranjera, por la que están entregando el país a pedazos a las multinacionales, mientras a los trabajadores se les crean regimenes ignominiosos como las Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA) contra las que luchó, siendo de su autoría su condena en la declaración política del Polo en su II Congreso, esas que en su último artículo siguió denunciando, porque no se han acabado, el gobierno no las acabara, y seguirán existiendo si la clase trabajadora no las acaba, contrario a lo que piensan algunos dirigentes sindicales despistados, o mal intencionados, que ya se supero esa forma de esclavitud del siglo XXI, cuando están más vigentes que nunca.
Raúl nos dejó un punto muy alto. Eso nos obliga a trabajar todos los días para alcanzar lo que le quedó pendiente, no podemos fallarle, ni a él, ni al país, más cuando se pregona que todo ha cambiado, cuando más bien ese modelo nefasto de gobierno se puede profundizar si en las próximas elecciones de octubre, los colombianos no elegimos autoridades locales y departamentales que representen los intereses de los desposeídos, de los informales, de los niños, las mujeres, los trabajadores, en general los excluidos. No elijamos más verdugos, luchemos por consolidar el proyecto político del Polo Democrático Alternativo, eso sí, libre de politiquería, clientelismo y corrupción. Ese es el mejor homenaje que le podemos hacer a Raúl Arroyave.
Nota: Que tal RCN, la cadena que dirige Francisco Santos que informó, cuando condenaron a Sor Teresa Gómez a 40 años de prisión por la muerte de Yolanda Izquierdo “Condenada religiosa a 40 años”, cuanto esta mujer es una reconocida paramilitar del clan Castaño Gil y el Sor es su nombre. Esa información fue retomada por el periódico El Comercio de Quito. Y después dicen que son otros los que hacen mala prensa al país. ¿Mala intención o ignorancia?