42 trabajadores en Duitama recobraron fuente de empleo para la región
César A. Luque F.*
15/04/11
Muchas veces el lema que acuñaron en 1848 Federico Engels y Karl Marx “proletarios del mundo uníos” pareciera que no es sino una frase para darnos contentillo, pero hay casos en que se ve realizada. Ese es el caso de los trabajadores de Laminados Andinos en Duitama, que cuando tenía más de 250 trabajadores fue vendida al capital extranjero en el 2007, siendo adquirida por la multinacional brasilera Gerdau, para convertirse en Diaco S.A., empresa interesada en comprar todas las siderúrgicas colombianas para asegurar el mercado nacional del acero, sin importar cuantos empleos tuviera que acabar.
Apenas Gerdau se hizo con la empresa empezó a salir de los trabajadores, engatusándolos con una pírrica indemnización, aprovechando que no estaban organizados. Cuando ya quedaban menos de 100 trabajadores, ellos vieron la necesidad de crear un sindicato, fundando una subdirectiva de Sintrametal por iniciativa de su hoy presidente nacional, Mauricio Castro. Viéndolos unidos la empresa paró su arremetida, cuando apenas quedaban 68 trabajadores, la que reinició unos meses después, cuando el 1º de octubre de 2009 solicitó ante la Dirección Territorial de Boyacá del Ministerio de la Protección Social permiso para despedir a todos sus trabajadores, amenazando que si no se acogían a la indemnización que les ofrecía, después no habría, por lo que 25 escépticos la aceptaron. Ese mismo día las directivas de la empresa ordenaron parar las máquinas, permaneciendo así durante 18 meses, tiempo en el cual los trabajadores tenían que cumplir su jornada de trabajo, sin que se les permitiera trabajar, recibiendo un salario sin reajuste desde 2008.
Ante ese panorama, propios y extraños dudaban del resultado de la lucha de esos boyacenses, que convencidos de su obligación de defender los puestos de trabajo para la región, persistían, mientras en el proceso ante el Ministerio en su nombre me oponía al cierre de la empresa, que aducía una perdida de más de 70 millones de dólares, cuando la planta apenas le había costado algo más de 11.000 millones de pesos. Obstaculizada la estrategia de la empresa, ésta vio como sus trabajadores el 1º de octubre de 2010 salieron acompañados de cientos de trabajadores de los sindicatos de Paz del Río, Sutimac, el municipio de Duitama, estudiantes y profesores de la UPTC, profesores y la Cut Boyacá, por la calles de la ciudad cívica, haciendo conocer su situación, esa que hoy viene cambiando sustancialmente.
Cuando la multinacional no pudo demostrar las causales del cierre, decidió abrir la planta. Así se salvaron los puestos de trabajo. Sin embargo, los trabajadores siguen siendo blanco de ataques, ya que siguen sin recibir su reajuste salarial correspondiente al 2009 y el 2010, excepto dos trabajadores a favor de los cuales se han resuelto tutelas que obligaron a Diaco a reajustarles su salario. Tan pronto la empresa anunció que de nuevo pondría a trabajar la planta, les reajustó a todos el salario por el año 2011, quedando con la deuda. Al mismo tiempo decidió contratar de manera temporal a 60 trabajadores, que hicieran el mantenimiento de las máquinas. Así el sindicato demostró que no solamente defendió los puestos de sus afiliados, sino que fruto de su lucha otros trabajadores más vienen logrando ocuparse, debiendo ahora pensar en como dignificar el trabajo que cumplen esos nuevos trabajadores.
Así unos trabajadores convencidos de su papel, no solamente defendieron sus puestos de trabajo, sino que han preservado una fuente de empleo para la región, esa que viene siendo agobiada por el cierre de las pocas industrias que tenía, aumentando la miseria en los otrora municipios prósperos de Boyacá, llenos de alimentos, esos que hoy escasean. Ahora ellos reconfortados por la victoria en esta batalla se aprestan a dar muchas más, especialmente aquella para obtener la aplicación de la convención colectiva que ya firmó Sintrametal con Diaco, nivelar sus salarios, y consolidar una subdirectiva más activa.
Además los compañeros trabajadores de Duitama han aceptado el reto de ocuparse no solamente de sus problemas laborales, sino también de aquellos que agobian su municipio, por lo que vienen haciendo un trabajo de capacitación, que incluye a personas incluso ajenas al sindicato, sindicalizados o no, con miras a participar de manera activa en las elecciones de octubre, no solamente como votantes, cuando se elija al gobernador de Boyacá, los diputados a la Asamblea, el alcalde, los concejales y los ediles. Del sindicato aspiramos salgan candidatos a ediles y por lo menos un candidato al Concejo, donde necesitan tener presencia los trabajadores, ya que aquellos a quienes han apoyado, cuando los necesitaron les dieron la espalda.
Hoy, reconfortados, unidos, pensando en su municipio los miembros de Sintrametal Duitama aspiran a consolidar un movimiento político que busque soluciones a los problemas de la región, luchando desde el que ha de ser el partido de los trabajadores, el Polo Democrático Alternativo. Ellos han demostrado que cuando existe trabajo, organización y lucha los objetivos se pueden obtener, los que obtenidos no nos deben detener, sino impulsar a lograr peldaños más altos, que involucren no solamente las reivindicaciones laborales, sino las de la sociedad colombiana entera. Otros nos han mostraron el camino hace mucho tiempo, como María Cano, Ignacio Torres Giraldo, Tomás Uribe Márquez y Raúl Mahecha, y más recientemente Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo, José Antequera, Manuel Cepeda y Raúl Arroyave y miles y miles más, cuyo recuerdo nos exige no abandonar la lucha.
Nota: Los trabajadores deberíamos poner nuestra mirada también en el peligroso TLC con Corea del Sur que arrasaría la modesta industria automotriz nacional.
*Soy apoderado de Sintrametal Duitama ante el Ministerio de Protección y representó a sus afiliados en otras acciones judiciales contra Diaco, organizando con ellos el trabajo político en el municipio para las próximas elecciones.
