Cada día más colombianos pierden su puesto de trabajo, mientras muchos más ven que su salario no alcanza para cubrir sus necesidades básicas.
César A. Luque F*
14/07/09
Por el constante atropello de la información y la repetición de lugares comunes han venido desapareciendo conceptos que hoy deberíamos tener claros. Así han desaparecido temas como la deuda externa, se intenta ocultar la diferencia ideológica entre izquierda y derecha, así como la lucha de clases (conflicto de intereses económicos), cuando nunca antes se hace evidente la diferencia entre derecha e izquierda, y la lucha de clase emerge por la política de arrasamiento que esta desplegando la clase dominante, la dueña de los medios de producción y de comunicación contra sus trabajadores. Hoy más que nunca se necesita la conciencia de clase para resistir el embate.
En Inglaterra nació el sindicalismo en 1830, cuando los trabajadores textiles se organizaron para buscar les fueran reconocidos sus derechos. Así el sindicato, en inglés, unión, se vino a convertir en la organización encargada de defender a los trabajadores, buscando nivelar una relación que de por sí es desigual y es la que existe entre el empleador, que posee una posición preponderante, frente a los trabajadores que en esa relación son la parte débil. En nuestro país la historia del sindicalismo se remonta al inicio del siglo XX, movimiento reprimido duramente. Los sastres fueron asesinados en 1919, los trabajadores petroleros en 1924 y los bananeros en el Magdalena en 1928. Así a la organización de los trabajadores se les respondió con asesinatos, como hoy. En el 2008 en el mundo fueron asesinados 79 sindicalistas, de los cuales 49 eran colombianos. El 62% de los asesinatos se dio en Colombia. Que vergüenza.
Hoy nada podemos esperar de un gobierno influenciado por sus deseos de implantar una dictadura, apoyado por oscuros actores de la vida nacional, incluyendo algunos sectores de la Rama Judicial y la mayoría del Congreso. No es sino ver la decisión adoptada por la Sala Laboral de la Corte Suprema de Justicia contra Asonal, declarando ilegal su paro del año pasado. Tan lejos llegó la Corte que manifestó que los empleados judiciales no tienen derecho a la negociación, pero tampoco a asociarse sindicalmente, borrando de un brochazo los convenios aprobados por el país de la OIT, el mandato constitucional y el decreto 535 de 2009 emanado del gobierno. Parece que estuviéramos en la edad media. No es sino ver al Procurador General y al Presidente de la Corte Constitucional, Alejandro Ordóñez y Nilson Pinilla.
Hoy a lo largo de todo el país, varias multinacionales supuestamente vienen a “invertir” en el país, pero realmente vienen es a hacer grandes negocios, en sectores donde está asegurado el éxito. No hacen ningún proyecto que genere desarrollo a . Un amigo economista me dijo que el capital es cobarde y solamente va donde tenga asegurado el resultado, lo que se prueba aquí. O será que un empresario colombiano como Luis Carlos Sarmiento Angulo trata mejor a sus trabajadores que una multinacional como el Grupo Gerdau de Brasil. No lo creo. Ambos buscan es aumentar sus dividendos, sin importar que haya que explotar cada día más a la clase trabajadora.
Para la muestra un botón. Al país llegó la multinacional Gerdau (36.000 trabajadores en el mundo) a finales de 2005, cuando se convirtió en el mayor accionista de la empresa DIACO S.A., dueña de más de diez siderúrgicas y puntos de distribución. Se mostró inicialmente garantista de los derechos de sus trabajadores, pero pronto dejaría ver el “cobre”. Inicio una política de “0” accidentes, llegando a negar accidentes de trabajo, para mantener a toda costa su imagen corporativa. Así trabajadores accidentados son obligados a ir al sitio de trabajo, no para trabajar, sino para permanecer allí mientras cumplen la incapacidad, todo para ocultar el accidente. Evaluado el mercado nacional, empezó a cerrar plantas. El año pasado disuadieron a más de 200 trabajadores de la Planta de Duitama para que renunciaran, pagándoles. Todo debido a que no había sindicato. Este año cerraron la Siderúrgica del Pacífico S.A. (Sidelpa) el 23 de junio, dejando sin trabajo a más de 450 trabajadores pagándoles una indemnización. Así con dinero acaban los puestos de trabajo.
En Duitama los trabajadores se organizaron. Crearon una subdirectiva de Sintrametal, después de que Gerdau – Diaco cerrara la planta de Paipa. Hoy Diaco ha solicitado al Ministerio de Protección Social permiso para despedir a todos sus trabajadores aduciendo pérdidas, cuando en su página de Internet anuncia sus ganancias. Actualmente los trabajadores de Duitama dan la lucha, en el plano jurídico y por la movilización. El próximo 18 de noviembre harán una protesta en el norte de Bogotá frente a la sede de Gerdau y la Embajada de Brasil. Son bienvenidos todos los que se quieran solidarizarse.
A eso debemos sumarle la situación en que quedaron los servidores provisionales del Estado después que la Corte Constitucional declaró inexequible la reforma a la Constitución que les permitía ser incluidos en la carrera administrativa de manera automática. Pero los males no paran. En CAFAM han despido cientos de trabajadores y siendo un patrimonio de los trabajadores y no de los miembros del Consejo Directivo, incluyendo algunos representantes sindicalistas, ha decidido entregar sus supermercados a la multinacional Éxito, asegurando el despido de más trabajadores. Cada día son más las Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA) que sirven para soslayar los derechos a los trabajadores, mientras el Ministerio observa con mirada cómplice. Cuando será que volvamos a contar con un Ministerio de Trabajo. Quien lo creyera que algún día añoráramos ese ministerio, lo que demuestra que todo por malo que pueda ser, puede empeorar.
A la vez leyes como la 789 de 2002 sirve para recortar seriamente los derechos laborales, los que ya parecen parte de la historia nacional, leyes aprobadas por los congresistas que con el apoyo (voto) de los trabajadores llegan al Congreso, para dedicarse a legislar en su contra. El próximo 14 de marzo tenemos la oportunidad de renovar su integración, el pueblo puede decidir.
Entre tanto el aumento del salario mínimo es una quimera. Actualmente el salario mensual está en $496.900, lo que significa que un 1% de aumento, apenas es $4.969 mensuales, es decir, $ 165.63 diarios y $20.70 por hora.
El Ministerio encabezado por Diego Palacio, personaje siniestro, se ha venido convirtiendo en un obstáculo para la creación de sindicatos, habiendo rechazado 253 solicitudes entre el 2002 y el 2007. La liquidación de las empresas públicas atenta contra la libertad sindical, como en Emsirva en Cali donde fueron despedidos más de 400 trabajadores, a los que se deben sumar los despidos por orden del Alcalde de Barranquilla, el más popular del país, que fueron más de 2.300. En el Espinal la empresa Textiles Espinal S.A. (Texpinal S.A.) se encuentra en proceso de liquidación. El drama de los empleados del Hospital de San Juan de Dios sigue, sin que las instituciones que deben responder lo hagan. Lograron estos gobiernos de Uribe y el de Pastrana acabar el Hospital que fue fundado en el Siglo XVI. Fenoco, ferrocarril carbonero ha despido varios trabajadores, y persigue constantemente a los sindicalizados. Coltabaco ha despedido en los últimos tres años, más de 300 trabajadores, mientras Pintuco no se ha quedado atrás, allí han sido despedidos más de 40 trabajadores. Pero eso no es lo peor. El trabajo infantil aumenta. Según el Dane en nuestro país trabajan más de 1.628.300 niños.
La empresa Productora de Textiles de Tocancipá (TOPTEX) obligó a renunciar a quienes intentaban fundar un sindicato, Sintratoptex, difundiendo entre los otros trabajadores que serían despedidos todos, si persistía el sindicato. El dueño llegó a afirmar que prefería en la empresa, ladrones que sindicalistas. En Facatativa la empresa de flores Benilda S.A. tiene a más de 1.000 obreros en cese, sin salario, ni prestaciones. Es indispensable la solidaridad.
Notas: Será que las ganancias de la ETB hasta octubre de 2009 no disuaden a nuestro alcalde Samuel Moreno para no venderla. Ha ganado $ 285.000 millones, superando en 2,34 la meta que tenían para este año, lo que constituye la ganancia más grande de toda su historia. No se entiende que la quieran vender, siendo patrimonio de todos los que vivimos en Bogotá.
Otra cosa que había negado Uribe y ahora hace. Que iba a intentar vender más acciones de Ecopetrol. El patrimonio público está por encima de los deseos del presidente de facto.
*Representó a la Seccional Duitama de Sintrametal y los trabajadores de Sintratoptex