A la hora de los balances al terminar un año más
César A. Luque F.
26/12/08
Cada vez que se acerca el final del año se empiezan a hacer balances, tanto en nuestra vida personal, como en la colectiva, evaluando en forma por lo general ligera, si cumplimos o no las promesas que a principio de año hicimos, algunas de las que ya ni nos acordamos, poniéndonos desde ya la metas del año siguiente. Así la sociedad colombiana debía hacer una evaluación, no solamente desde lo más superficial, como es la escogencia del personaje del año, el que por lo general responde únicamente a los intereses de quienes lo eligen, sino más bien analizando que tanto hemos avanzado, o retrocedido en la búsqueda de una verdadera democracia en Colombia, Estado en el que más colombianos pudieran ser felices.
Que una sociedad sea democrática implica no solamente predicar que lo es, sino que es necesario probarlo, mostrando la aplicación de mínimos elementos que la componen, que deben cobijar a todos, y no sólo a quienes tengan como pagarlos. Será una sociedad democrática aquella en que sus miembros no se vayan a dormir, sin haber probado alimento, o lo que es peor, comer por ejemplo sopa de papel picado, como hace algún tiempo denunciaba el columnista Alfredo Molano se da en Ciudad Bolívar en Bogotá D.C., a menos de una hora de todos los centros del poder, Casa de Nariño, Congreso, Cortes, Alcaldía de Bogotá, etc.; tener un servicio de salud adecuado, no aquel donde para que una persona sea intervenida quirúrgicamente estando su vida en serio peligro tenga que acudir a una acción de tutela para que un juez obligue a la E.P.S. a la que pertenezca a practicar una operación, sin que ese juez sepa realmente su conveniencia o no, o que las mismas E.P.S. difundan entres sus afiliados la presentación de la misma acción judicial para entregarles medicamentos que no están en el P.O.S., ya que presentando la sentencia ante el Fosiga, esta entidad gubernamental le paga el 100% del valor del medicamento, mientras que si ellos lo hubieran entregado inicialmente apenas les reconocerían el 50%. Salud como mercancía.
Tampoco es una democracia donde el sistema educativo es mediocre, impidiendo la liberación personal y sobre todo colectiva que da la adquisición del conocimiento. Un sistema educativo no puede tener como meta única el tráfico de datos, sin enseñar a pensar. La falta de vivienda digna también es un indicador importante que nos deja ver el atraso o el avance, lugar donde debe crecer la familia y que no puede ser un vil elemento para que banqueros, constructores y traficantes de tierras llenen sus bolsillos vendiendo viviendas que más parecen casas de muñecas, no por lo bonitas, sino por lo pequeñas, eso cuando se logra alcanzar una de ellas, cuando en las ciudades se levantan cinturones de miseria llenos de casuchas, incluso debajo de puentes.
Otro indicador es que más personas tengan un trabajo digno, recibiendo por ello una remuneración justa, no como esta pasa en el caso colombiano donde nacen a diario Cooperativas de Trabajo Asociado (CTA) para esclavizar a los jóvenes y demás trabajadores, a quienes hacen trabajar sin salario, como pasa con los empacadores que sirven a Carrefour, Éxito, Carulla, Cafam, Olimpica sin salario, para que pidan limosna a los clientes, quienes se sienten culpables de esa situación y dan sus monedas para que viva un joven lleno de vida que debía estar trabajando con todas sus prestaciones, situación que se repite en muchas empresas cada día en mayor proporción y lo que es peor en muchas empresas del Estado, precisamente el que por mandato constitucional está llamado a proteger especialmente el trabajo.
Y aunque hay otros indicadores, hagamos un balance sobre apenas esos cinco aspectos, para ver si en el 2008 los colombianos avanzamos o por el contrario retrocedimos, faltando hacer un análisis sobre un principio sobre lo que se sustenta una democracia, el derecho a la igualdad, que no significa que todos seamos tratados de igual forma, sino que aquellas personas en un misma condición sean tratados igual. El actual gobierno promueve precisamente tratos desigualdades, mientras las personas que intentan sobrevivir todos los días no consiguen un trabajo digno, desmovilizados de grupos paramilitares y aún guerrilleros sin hacer nada reciben del Estado hasta dos salarios mínimos, cuando unos cuatro millones de personas trabajan por uno o menos, recibiendo además capacitación y prestamos, mientras sus victimas piden limosna en las calles bajo la mirada indiferentes de la gran mayoría de personas; mientras a un secuestrador se le da una multimillonaria suma por liberar a su secuestrado, muchas personas inocentes se pudren en las cárceles, donde políticos corruptos pasean allí como si fueran centros vacacionales, pero quien ha robado para comer y darle de comer a sus hijos es tratado como un animal.
Ahora se anuncia que quienes hayan invertido en las famosas pirámides que el gobierno no combatió, como es su obligación constitucional y que sólo las empezó a cerrar cuando habían defraudado a miles de colombianos, tendrán derecho a prestamos con bajos intereses, mientras miles de colombianos no son cobijados con ese beneficio, ya que deben demostrar que no necesitan el dinero para que les presten. ¿Ese será un trato igualitario?. Ejemplos sobran, aquí el crimen si paga, paga el gobierno, aunque afecte moral y éticamente a la sociedad. Que pensaran los jóvenes viendo esos hechos y que metas se estarán trazando, ser un narcotraficante, un estafador o un trabajador.
Propongo que cumpliendo la tradición, nos pongamos para el año entrante la meta de trabajar en serio y en forma comprometida por el país, construyendo una democracia de verdad, que nos permita superar las desigualdades que vivimos, para lo que es indispensable la acción política. Desde la sociología, la economía, la historia se hace un diagnostico social, pero es desde la política que se puede transformar la realidad, transformación que debe partir desde la toma de conciencia, punto para el que se hace necesario el conocimiento. La constancia vence lo que la dicha no alcanza, no es sino ver el caso boliviano, donde un indígena llego al poder después de 500 años de sometimiento, o en Brasil donde un trabajador metalúrgico lidera la región. Persiguiendo programas, ideologías, modelos justos, con el liderazgo de personas decentes, sin ser dioses o mesías se puede lograr, de nosotros depende, todos tenemos al alcance de nuestras manos transformar nuestra realidad. No pidamos lo que no damos.
Nota 1: Si las Farc liberan a los secuestrados que prometieron demostraran una vez más la eficiencia de quienes se han dedicado a hacer acercamientos con el grupo guerrillero, por encima de las descalificaciones del presidente, quien irresponsablemente los acusó de orquestar una trampa. El acuerdo humanitario y la negociación política son el camino, contrario a lo que pregona el Rasputín del régimen José Obdulio Gaviria.
Nota 2: Israel mató a más de 200 palestinos civiles mientras el mundo guarda un silencio cómplice. Para ellos también existirá la Corte Penal Internacional para crímenes de guerra.
Nota 3: Otra vez Angelino Garzón demuestra de parte de quien está, pronto se posesionará en la Embajada en Ginebra, donde tendrá la oportunidad de representar al gobierno de Uribe Vélez ante la OIT, en la que antes representaba a los trabajadores. ¿Será que ésta si es suficiente prueba de que él dejó de pertenecer a la izquierda colombiana?.